Wednesday, March 28, 2007




EL GOLPE DEL DRAGON

Mucho se ha hablado y se hablará sobre las artes marciales, no importa cual de ellas:karate, sipalki, aikido, taekwondo, kendo, kung-fu, etc. a pesar de sus diferentes técnicas y orígenes, todas tienen algo en común y es que apuntan a nuestra humanidad, a que mejoremos espiritual, física y mentalmente a través del camino que en ellas transitamos.
Ese camino es muy largo y muchas veces lleno de obstáculos.
Después de muchos años de práctica comprendemos que estos son los que nos han forjado en lo que somos.
Muchos comenzamos practicando atraídos por haber visto alguna exhibición o película donde los protagonistas muestran sus habilidades en el arte.
Fuimos cautivados por estos hombres que podían dar grandes saltos, luchar con todo tipo de armas, vencer a varios adversarios, o romper duros objetos con sus puños.
¿Quién no ha soñado con poder hacer esto?
Creo que la mayoría, por eso el mundo esta plagado de practicantes, y existen tantas escuelas marciales.
Ese es el comienzo, querer lograr estas proezas físicas.
Pero el largo camino a recorrer toma distintos rumbos y después de años descubrimos que fuimos atrapados en una red, y en lugar de querer ser el mejor guerrero, tratamos de vencer a un solo enemigo, el mas peligroso, aquel que realmente puede destruirnos, nosotros mismos.
Si vences a los demás, eres poderoso, pero si te vences a ti mismo eres invencible.
Así dice el proverbio, esa es la meta, vencer nuestros monstruos internos, la ira, la envidia, la crueldad, el odio, la mentira, y cambiarlos por la bondad, la compasión, el amor, la verdad, y la sabiduría, esta última siempre fue el tesoro mas preciado por los hombres
Aquel que posee dinero lo puede casi todo, pero el hombre que es sabio tiene la riqueza más grande.
Hoy vivimos en un mundo salvaje y cruel, donde se nos hace muy difícil resguardar estos valores que poco a poco las sociedades van perdiendo, las duras vicisitudes de la vida las dificultades que debemos afrontar para ganar el sustento de nuestra familia, muchas veces hace que en nuestro camino los obstáculos sean muy difíciles de sortear para llegar a la meta.
La vida sigue su rumbo, y nosotros somos sus pasajeros.
Las artes marciales nos enseñan a lidiar con esto y es lo que debemos transmitir a las futuras generaciones de practicantes.
Yo por mi parte pongo mi granito de arena en cada exhibición.
Trato de mostrar mi arte, tanto en las demostraciones que realizo en las hermosas instalaciones del jardín japonés o cuando soy llamado para realizar roturas en otro lugar.
Lo que siempre quiero transmitir en mi espectáculo del jardín es arte y tradición.
Junto con las autoridades del lugar logramos crear una pequeña obra en la cual el espectador todos los domingos puede apreciar las cualidades de los magníficos samurai.
Humildemente hago una representación de las artes que ellos dominaban.
Cuando realizo las roturas busco superarme a mi mismo, y que aquel que me observa vea a un hombre luchando con lo imposible y venciendo.
Siempre fui honesto, nunca truqué una sola de las piezas que parto en mis roturas y trato de ser lo mas profesional posible, mostrando lo que aprendí, innovando para llamar la atención de aquellos que creen que ya todo lo vieron.
Trabajo incansablemente para el arte marcial, muchas veces a beneficio de alguna institución, permanentemente trato de estar creando para convocar a los jóvenes y niños a practicar artes marciales, no me interesa a que escuela asistan.
La intención es ponerlos en el camino, tal vez muchos de los que lean esta nota, hayan comenzado a practicar por haberme visto en alguna de mis películas junto al actor Guillermo Francuela y Emilio Dissi, donde hago el papel del villano llamado el dragón.
O talvez hayan visto algunas de mis roturas en los programas de televisión como los del señor Gerardo Sofovich u otros.
Muchas veces criticado y otras aplaudido realmente lo único que me interesó fue saber que estaba mostrando el camino que elegí.
En el transcurso del año 2007 junto con la RED MARCIAL y un grupo de grandes amigos realizaremos en el estadio LUNA PARK el espectáculo de artes marciales mas grande alguna vez visto en nuestro país: EL GOLPE DEL DRAGON allí verán lo mejor de Sumo, Aikido, Sipalki, Kenjutsu, y mucho mas.
Por mi parte una vez más tratare de vencerme a mi mismo y festejando mis 50 años tratare de romper 50 barras de hielo.
Ya hace más de un año que estamos trabajando en este proyecto para que el público vea algo inolvidable.
El 10 de febrero del año 2006 comencé mi duro y diario entrenamiento para poder llevar a cabo esta difícil rotura.
En estos cuarenta años de practica ininterrumpida he logrado mostrar mi arte de muchas formas, exhibiciones tradicionales, torneos, shows televisivos, películas, teatro, radio, confeccionando armaduras japonesas, escribiendo libros o notas para revistas y pintando oleos con motivos orientales.
Mi camino es el arte marcial que desde muy pequeño practique acompañado de la mano de mi padre don Antonio Varzé.
Gracias al viejo quien ya completó el camino y logro su perfección, espero poder lograr lo mismo y llegar yo también a la meta.
Para aquellos que practican artes marciales les doy mi humilde experiencia, el camino esta dentro de uno mismo en la práctica del arte.

Un fuerte abrazo sensei NÉSTOR VARZÉ

Monday, March 05, 2007


HAGAKURE
YAMAMOTO TSUNETOMO escribe un tratado de 11 tomos llamado HAGAKURE que quiere decir algo asi como oculto bajo las hojas o detrás de las hojas, se cree que fue llamado asi porque TSUNETOMO vivió en el castillo SAGA perteneciente al clan NABEYIMA de HIZEN
Este castillo se encontraba detrás de un tupido bosque que impedía su vista.
Este tratado nos cuenta sobre la vida y la conducta de los samurái, transmitiendo pensamientos que aportan conocimiento acerca de la filosofía y el código de comportamiento del espíritu del bushido.
TSUNETOMO nacido en 1659 vivió hasta 1719 sirvió mas de 30 años a su señor NABESHIMA MITSUSHIGE.
Cuando TSUNETOMO contaba con 42 años su señor murió, muchos de sus sirvientes quisieron realizar seppuku, pero les fue prohibido por las leyes impuestas por el shogun TOKUGAWA de turno.
TSUNETOMO, influenciado por el budismo zen y el confucionismo desde hacia ya varios años se retiro a un monasterio y se convirtió en monje.
Entre los años 1709 y 1716 es cuento escribe el HAGAKURE donde cuenta aventuras y modos de comportamiento de los antiguos samurai, plasmando en sus paginas recuerdos propios, historias y relatos contados por su amigo samurai TASHIRO TSURAMOTO, quien gozaba de su compañía cuando se gestó el HAGAKURE.
Este libro se mantuvo oculto durante más de 150 años usándolo como guía de instrucción moral entre los samurái del clan NABESHIMA.
Este material se dió a la luz con el final de la época samurai en 1868 durante la restauración MEIJI.
El manuscrito original fue perdido, pero por suerte existen varias copias con ligeras variaciones.

Friday, March 02, 2007



De niño a samurai
Todo samurai consideraba indispensable la crianza de sus hijos para formar su alma en los principios de la clase guerrera, y la lealtad a sus ancestros y su señor, adquirir coraje, autodisciplina y repudiar el temor a la muerte, para que estos sean dignos de su nombre.
Desde los cinco años de edad se les enseñaba el manejo del arco y la flecha, posteriormente los entrenarían también en la equitación, indispensable para un futuro samurai.
También incluían escritura china y la lectura de cuentos clásicos japoneses y chinos y el manejo de armas de todo tipo.
A los 8 y 10 años se los enviaba a través de los bosques en pleno invierno como mensajeros de un lugar a otro.
A menudo eran enviados con ligeras ropas y descalzos para que aprendieran a lidiar con los duros elementos naturales para forjar así un duro carácter, fortalecer el espíritu y su cuerpo.
También se los llevaba a las ejecuciones de bandidos o asesinos que eran decapitados, y por las noches eran dirigidos en excursiones a cementerios o casas supuestamente embrujadas donde debían pasar la noche y dominar sus temores recitando Haiku (poesía) y tocando su flauta de bambú llamada Shakuhachi.
Todo esto estaba destinado a amoldar la mentalidad marcial del joven samurai a la dura vida que le esperaba en el futuro.
A los 15 años se realizaba una ceremonia llamada Gempuku a través de la cual se confirmaba su nueva condición de adultos. A partir de allí pasaban a portar también sus dos espadas, las Daisho (espadas larga y corta), y comenzaban a transitar el camino del Bushido.También cambiaban su vestimenta y transformaban su peinado en el característico usado por el samurai.
El joven debía poseer una exquisita educación y amplio conocimiento, pero esto no siempre fue así. En los principios los samurai eran casi analfabetos, ya que como eran enviados muy temprano a las batallas, solo se le daba interés a la práctica y enseñanza de las artes de la guerra.
Posteriormente esto cambió y antes de ser iniciados en la carrera de las armas los niños eran introducidos en la caligrafía y lectura.
Desde el momento que se lo reconocía como samurai tenían la obligación de estar siempre limpios, bañarse diariamente, arreglarse el cabello, llevar la ropa adecuada para la ocasión y portar sus dos espadas y el abanico en su cinto.
Sus actos, tanto en la guerra como en la paz, estaban regidos por la etiqueta.
Debían dedicar tiempo al estudio y practica del budismo zen y el arte.
También debía lograr la posesión de una buena Katana, esta arma era el alma y vida del samurai, su orgullo, su símbolo.
El poseer una Katana construida por un maestro en este arte respetadísimo era en el Japón feudal la máxima ilusión de un Bushi.