EL DÍA QUE HICE MI REPRESENTACIÓN ANTE UN VERDADERO DESCENDIENTE DE FAMILIA SAMURAI.
EN EL HAGAKURE, CONOCIDO COMO EL LIBRO DEL SAMURAI, ESCRITO POR YOSHO YAMAMOTO TSUNETOMO (1659-1719).
Hay una historia de valentía en el clan samurai de la familia Soma
con el titulo de:LA GENEALOGÍA DE LA SANGRE.
Nos cuenta que en el árbol genealógico del señor Soma denominado el Chiken Marukoshi, era el mas renombrado de Japón. En cierta oportunidad, su hacienda se incendio y estuvo a punto de quedar destruida. El señor Soma dijo:
incluso si la casa, los muebles y todo el resto se destruye, no lo lamentare, porque son cosas que se pueden reemplazar, lo único que siento es no haber podido salvar mi árbol genealógico, que es un precioso tesoro de familia.
Había allí un samurai que dijo: Voy a entrar en la casa y lo traeré.
El señor y los demás se pusieron na reír, y dijeron: La casa ya esta devorada por las llamas ¿como lo conseguirás?
Aquel hombre no era muy elocuente y tampoco había sido particularmente avezado, pero era una persona que llegaba hasta las ultimas consecuencias en todo lo que hacia.
Entonces dijo: hasta ahora no he sido de gran utilidad a mi amo, porque no fui muy habilidoso, pero he vivido con la idea de que algún día mi vida podría ser útil, me parece que ese momento ha llegado.
Así pues se lanzo a las llamas. Cuando finalmente el incendio se extinguió, el señor ordeno que se encuentre el cadáver y comento: que enorme perdida.
Después de haber buscado por todas partes se descubrió su cuerpo en el jardín, próximo a los departamentos. Cuando se le dio vuelta, brotaba sangre de su estomago.
El samurai se había abierto el vientre y en él había colocado el documento para que permaneciera intacto.
A partir de ese día a este documento se lo denomino, la genealogía de la sangre.
Hay una historia de valentía en el clan samurai de la familia Soma
con el titulo de:LA GENEALOGÍA DE LA SANGRE.
Nos cuenta que en el árbol genealógico del señor Soma denominado el Chiken Marukoshi, era el mas renombrado de Japón. En cierta oportunidad, su hacienda se incendio y estuvo a punto de quedar destruida. El señor Soma dijo:
incluso si la casa, los muebles y todo el resto se destruye, no lo lamentare, porque son cosas que se pueden reemplazar, lo único que siento es no haber podido salvar mi árbol genealógico, que es un precioso tesoro de familia.
Había allí un samurai que dijo: Voy a entrar en la casa y lo traeré.
El señor y los demás se pusieron na reír, y dijeron: La casa ya esta devorada por las llamas ¿como lo conseguirás?
Aquel hombre no era muy elocuente y tampoco había sido particularmente avezado, pero era una persona que llegaba hasta las ultimas consecuencias en todo lo que hacia.
Entonces dijo: hasta ahora no he sido de gran utilidad a mi amo, porque no fui muy habilidoso, pero he vivido con la idea de que algún día mi vida podría ser útil, me parece que ese momento ha llegado.
Así pues se lanzo a las llamas. Cuando finalmente el incendio se extinguió, el señor ordeno que se encuentre el cadáver y comento: que enorme perdida.
Después de haber buscado por todas partes se descubrió su cuerpo en el jardín, próximo a los departamentos. Cuando se le dio vuelta, brotaba sangre de su estomago.
El samurai se había abierto el vientre y en él había colocado el documento para que permaneciera intacto.
A partir de ese día a este documento se lo denomino, la genealogía de la sangre.
En el año 2010, tuve la suerte de viajar junto con personal de la fundación cultural japonesa a la cuidad de Córdoba, al paseo del buen pastor, para realizar mi espectaculo , Samurai Espíritu Guerrero. Recuerdo que el publico era numeroso todos los días de representaciones, miles de personas concurrieron.
Para mi solo existió un espectador, ya que en mi representación, me informaron que un anciano descendiente de la familia Soma, residente en la gran comunidad japonesa de Córdoba, había concurrido especialmente a ver mi representación del samurai.
Recuerdo pensar que honor, y también que responsabilidad, empece a preocuparme ja, ja. y mas cuando me comentaron que lo habían ubicado en un lugar especial junto al escenario, a tan solo dos metros de donde yo actuaria.
Al salir al escenario y acercarme a la pequeña escalerita que me conducía donde tenia que actuar, lo primero que vi fue a un anciano señor japones sentado que me miro y me sonrió.
Me detuve y me incline haciendo una reverencia con toda mi armadura y armamento listo para entrar en combate.
El señor respondió con un pequeño gesto de su cabeza.
Salí a escena y realice el espectaculo, solo para una persona, ese anciano samurai que me observaba atentamente sin quitarme los ojos de encima.
Realmente no me importaban las cientos de personas que estaban como publico, todo el espectaculo se lo dedique a él.
Al terminar y dirigirme hacia la escalera para bajar del escenario, el señor Soma, se levanto de su cilla, y quedo frente ami, y con lagrimas en los ojos me agradeció por hacerle recordar tiempos de sus antepasados, lo salude con una pequeña sonrisa y reverencia a la que el también contesto.
Ese día en que mI representación del samurai fue hecha ante un verdadero descendiente de la familia Soma nombrada en el Hagakure, no lo olvidare por el resto de mi vida.
Agradezco al señor Mario Nakazato, por las hermosas 74 fotos de ese día que podrán ver en este link.
Para mi solo existió un espectador, ya que en mi representación, me informaron que un anciano descendiente de la familia Soma, residente en la gran comunidad japonesa de Córdoba, había concurrido especialmente a ver mi representación del samurai.
Recuerdo pensar que honor, y también que responsabilidad, empece a preocuparme ja, ja. y mas cuando me comentaron que lo habían ubicado en un lugar especial junto al escenario, a tan solo dos metros de donde yo actuaria.
Al salir al escenario y acercarme a la pequeña escalerita que me conducía donde tenia que actuar, lo primero que vi fue a un anciano señor japones sentado que me miro y me sonrió.
Me detuve y me incline haciendo una reverencia con toda mi armadura y armamento listo para entrar en combate.
El señor respondió con un pequeño gesto de su cabeza.
Salí a escena y realice el espectaculo, solo para una persona, ese anciano samurai que me observaba atentamente sin quitarme los ojos de encima.
Realmente no me importaban las cientos de personas que estaban como publico, todo el espectaculo se lo dedique a él.
Al terminar y dirigirme hacia la escalera para bajar del escenario, el señor Soma, se levanto de su cilla, y quedo frente ami, y con lagrimas en los ojos me agradeció por hacerle recordar tiempos de sus antepasados, lo salude con una pequeña sonrisa y reverencia a la que el también contesto.
Ese día en que mI representación del samurai fue hecha ante un verdadero descendiente de la familia Soma nombrada en el Hagakure, no lo olvidare por el resto de mi vida.
Agradezco al señor Mario Nakazato, por las hermosas 74 fotos de ese día que podrán ver en este link.