Thursday, October 12, 2006



HABLANDO CON UN ESPIRITU SAMURAI

Mi nombre es HOJO UJIMASA, del clan HOJO. Mi cargo, comandante de los ejércitos. En el año 1590, época de grandes cambios en las islas del Japón, el gran señor ODA NOBUNAGA fue asesinado por uno de sus comandantes, y en su lugar tomó el control su hombre de confianza llamado TOYOTOMI HIDETOSHI, quien pretendió seguir con el sueño de ODA, de unificar a todos los clanes bajo un mismo estandarte.
Nuestra familia ha sido muy poderosa desde los principios de los tiempos y no estamos dispuestos a ceder ante las órdenes de TOYOTOMI, que no es descendiente de familia noble.
Así es como después de varias campañas para doblegar a quienes se le oponen, HIDEYOSHI puso su mirada en nuestro clan. Reunió 200.000 bushi (guerreros) y marchó hacia nuestro castillo.
Rápidamente pusimos en alerta a nuestros ejércitos y logramos convocar en el castillo a más de 40.000 hombres fieles a nuestra familia.
Después de varios días de marcha, el gran ejército invasor llegó a nuestras tierras, nos superaban por miles y además poseían gran cantidad de armas de fuego, elemento que el señor ODA NOBUNAGA había implementado en sus ejércitos dándole una amplia ventaja en el combate.
Al llegar frente a nuestras murallas establecieron su campamento a cien metros y nos rodearon. El asedio había comenzado.
Durante el primero y segundo día enviaron emisarios para lograr un tratado, pero nos negamos, no estábamos dispuestos a rendirnos tan fácilmente.
El tercer día comenzaron las hostilidades, largas filas de fusileros disparaban sus proyectiles que impactaban contra nuestras murallas hiriendo o matando esporádicamente a algún soldado que no se ocultaba correctamente, al caer el sol, los arqueros lanzaban lluvias de flechas encendidas que iluminaban la noche.
Así fue como después de varios días de hostigamiento, decidimos salir de la fortaleza y atacar, arremetiendo justo en el centro del campamento enemigo.
Usamos esa táctica varias veces, pero la gran diferencia numérica de tropas era demasiado para nuestros valientes saldados que dejaban su vida en el campo de batalla o volvían muy mal heridos.
Después de dos meses de constante asedio tuvimos una importante reunión donde los miembros más destacados del clan junto a los comandantes vasallos decidirían el futuro de las miles de almas que defendían el castillo.
Después de varias horas de deliberación, HOJO UJIYASU, y HOJO UJIYAU, tomaron la responsabilidad de las acciones y decidieron deponer las armas para evitar mas muertes. Nuestra situación era crítica, nuestras reservas de comida y bebida ya no alcanzaban para soportar mas tiempo de asedio.
Muy distinto fue mi caso, he decidido no rendirme, considero impropio envainar mi sable bajo el estandarte del plebeyo HIDEYOSHI. Por eso, en defensa de mi honor, tomé la drástica decisión de realizar SEPPUKU, (suicidio ritual).
Hoy ayunaré durante todo el día, para que mañana al abrir mi vientre no derrame el contenido de mi estómago. Me sumiré en meditación y aplacaré mi espíritu preparándolo para el momento de abandonar mi cuerpo y reunirse con mis antepasados.
Es media noche y los emisarios de ambos ejércitos ya se han reunido y llegado a un acuerdo, ahora los clanes de las islas están bajo una sola comandancia. TOYOTOMI ha logrado realizar el sueño de su señor ODA.
El alba ha llegado, es un día estupendo, el cielo claro y despejado, el sol brilla en su máximo esplendor, los pájaros con sus cantos anuncian el comienzo de la jornada, y para mí el final sobre esta tierra.
He convocado a un grupo de testigos miembros de mi clan a que presencien el ritual.
Un sirviente se acerca y me informa que un grupo de altos oficiales del ejército enemigo solicita permiso para estar presentes en la ceremonia.
Acepto con alegría, esta es una gran muestra de respeto hacia mi persona.
La ceremonia será llevada a cabo en el HONDO, (sala principal del templo). Este salón es enorme e imponente, el marco ideal para un ritual de tanta importancia.
El momento ha llegado, los testigos de mi clan formaron una fila y tomaron posición de rodillas en las blancas esterillas dispuestas para la ocasión.
Detrás de ellos, diez comandantes del ejército invasor hicieron lo mismo con sumo respeto y silencio.
El lugar estaba iluminado por los hermosos rayos de sol que penetraban por las ventanas.
Después de unos minutos de espera, se comenzó a notar en los rostros de los testigos un halo de curiosidad e impaciencia.
Fue entonces cuando entré al gran salón vestido con mi shitagi (bata) y mis kobakama (pantalones) totalmente blancos simbolizando la pureza, mi shitagi tenia amplias hombreras de tela de cáñamo, en mi frente llevaba una jachimaki (vincha) blanca con el mon(escudo) de mi clan.
Detrás mio marchaba con paso firme mi KAISHAKU (el que asiste), era un fiel amigo de mi infancia, y experto en el uso de la espada. El tenia la gran responsabilidad de dar fin a mi vida en el momento justo en que se acabaran mis fuerzas, dando un eficaz golpe con su espada.
Me detuve frente a los testigos sobre la esterilla dispuesta para mi ritual cubierta con una amplia tela de seda blanca, me coloqué de rodillas y después de unos segundos me incliné realizando el saludo habitual. Al enderezarme los testigos me saludaron de la misma forma.
Frente a mis rodillas sobre la tela de seda blanca estaba el tanto (puñal) filoso como la mejor de las navajas, envuelto en un fino papel de arroz color blanco.
Lo observé durante unos segundos, y luego tomándolo con mis manos lo elevé hasta la altura de mis ojos, lo detuve y lo acerqué a mi frente, durante un breve instante cerré mis ojos y medité encomendando mi espíritu a los dioses y pensando en el honor que llevaría a mi familia mi determinación.
Abrí mis ojos, y mirando a mis testigos dije con vos firme: "Yo, HOJO UJIMAZA, quito mi vida frente a tan honorables testigos en nombre del valor y la nobleza de mi clan y familia".
Luego bajé mi chaqueta hasta la cintura, me incline levemente hacia delante y coloqué las amplias mangas bajo mis rodillas trabándolas con mis piernas para evitar caer hacia atrás, un caballero samurai debe morir cayendo hacia delante.
Coloque la daga frente a mi costado izquierdo a la altura del tanden (tres dedos debajo del ombligo) y con una fuerte presión clavé la filosa hoja hasta el mango.
Luego llevé el puñal lentamente hacia mi costado derecho efectuando un corte horizontal y después realicé otro en diagonal hacia arriba.
Cuanto mas lento y extenso es el corte mayor valentía.
Todo esto lo llevé a cabo sin gesto de dolor en mi rostro y sin emitir sonido alguno.
Mis últimas fuerzas se escaparon por el amplio corte, mi vista se nubló y caí como lo había preparado hacia el frente.
Mi kaishaku que estaba observando todo atentamente desenvainó su espada y con un certero movimiento en el cual la hoja de su sable no se pudo siquiera ver, desprendió mi cabeza, dejándola sólo unida por una pequeña porción de piel a mi cuello, para evitar que esta diera una mala imagen al rodar por la sala.
Luego sacudió su espada para desprender los pocos restos de sangre que quedaban en la filosa hoja y lentamente la envainó.
Juntó sus pies y se inclino levemente en muestra de respeto.
El silencio del lugar era tal que se podía sentir el ruido de la sangre que salía a borbotones del cuerpo inerte.
El kaishaku avanzo unos pocos pasos tomo el puñal ensangrentado, observó a los testigos y dijo: "Les entrego la muestra del valor y honor del señor HOJO UJIMAZA, quien a cometido seppuku para enaltecer su nombre y el de su familia". Colocó el puñal sobre la blanca seda, hizo una pequeña reverencia y se marchó en silencio.
Con esta heroica acción culminó el asedio de ODAWARA, ahora los HOJO de ODAWARA, eran parte de las fuerzas del ejército de TOYOTOMI HIDEYOSHI.

SENSEI VARZE

2 comments:

Jake said...

Sensei Varzè, le escribo desde Salto, la segunda ciudad màs grande del uruguay. Le comentò que entrenè kung fù durante 7 años alcanzando el grado de rojo y actualmente entreno karate shotokan,la verdad su pàgina es excelente y su informaciòn històrica es muy relevante para cualquiera que desee saber de karate do. Tambièn me gustarìa recibir informaciòn de usted para que pudiera venir a mi ciudad a dictar alguna conferencia sobre el Japòn antiguo o clase de karate.Saludos

Tenientereynhardt said...

Muy buena informaciòn sensei Varzè ud es un ìdolo y una inspiraciòn para todos los budokas